Y ahora qué?

Por Horacio Rovelli

Capital Federal (Agencia Paco Urondo) Con la misma frase que Jesús le dijo a Judas en el momento de traicionarlo, “Lo que tengas que hacer hazlo ahora”, el Presidente del Bloque de Senadores del oficialismo, se dirigió al Vicepresidente de la República, para que dijera que su posición era no apoyar el proyecto de convalidación de la Resolución 125-MEyP-2008 de “retenciones móviles”.

Esto obviamente es una gran contrariedad, porque gran parte de los ingresos obtenidos por los Derechos de Exportación se destinan a pagar los servicios de la deuda externa pública. Máxime cuando nuestro país tiene fuerte vencimientos de capital de deuda y, no tiene posibilidades de acceder a los mercados financieros internacionales para renegociar dichos vencimientos.

Sin embargo, el conflicto con el campo demostró que éste, el campo, es una trama de intereses y de trabajos, entre aparceros, arrendatarios, quienes alquilan las máquinas agrícolas, las empresas proveedoras de semillas híbridas, fertilizantes, plaguicidas, los grandes comercializadores y, entre todo ello, una franja de mercado negro que se demuestra cuando vemos que, se emplean más de 1.300.000 trabajadores y, solamente se hace aportes sobre 325.000 personas, con lo cual la evasión fiscal y previsional anual es mayor a U$s 1.200 Millones. Que declararon en la cosecha 2006/2007 la producción de 12,2 millones de toneladas de trigo y en realidad se habían producido 16 millones de tn. Que con la soja pasa otro tanto, se declaró un poco más de 38 millones de toneladas y se produjeron 47 millones. Que los fideicomisos que cotizan en Bolsa, de los cuales muchos son “Pool de siembra”, no pagan el Impuesto a las Ganancias, etc.

En ese marco, se da la suba sideral del precio de la soja (y del resto de los productos primarios) que en julio de 2007 cotizaba a U$s 322 la tonelada y el 17 de julio de 2008 se paga U$s 579 la tonelada en el Mercado de Chicago ( y hubo días en junio de este año que se cotizaba por encima de los U$s 600 la tonelada).

Por lo tanto es justo e idóneo el sistema de retención móvil, que a mayor precio, mayor alícuota del tributo, tal vez no en las escalas que propuso el gobierno en la Resolución 125/MEyP/08 y sus modificatorias, pero si se debe acordar una escala móvil.

De prosperar la idea de la Mesa de Enlace, las retenciones serían mucho menores, con lo que ellos (los del “campo” como les gusta autodenominarse) obtendrían una renta extraordinaria, pero se reflejaría en el mercado interno en una sustitución física de otros cultivos y actividades agrícolas ganaderas por la soja y, por ende, en un aumento continuo del precio de los alimentos.

Ese aumento generalizado impactará en el resto de la economía (sería impensable poder mantener las tarifas públicas bajo control en un contexto inflacionario, por ejemplo) con lo que disminuiría el salario real y, se revaloriza el tipo de cambio, ocasionando un crecimiento de las importaciones, una merma en las exportaciones.

Si el gobierno no adopta un plan económico que logre compensar el menor ingreso esperado de las retenciones, el resultado va a ser un menor superávit fiscal y un menor superávit comercial.

En ese horizonte el modelo cierra con la revalorización permanente del tipo de cambio ante la suba de los precios, mayores costos internos medido en moneda dura y, la suba de la tasa de interés por menor disposición de saldos monetarios reales.

La pregunta es ¿Cómo hace el gobierno política económica, como puede determinar las reglas de juego, si no puede cobrar impuestos en la magnitud que requieren las finanzas públicas?

Es necesario, imprescindible, recomponer el poder del Estado, la figura presidencial, todo esto, con un Senado que pasa a ser adverso encabezado por el Vicepresidente de la Nación, que quiere probarse el bastón y la banda presidencial, si así fuera, que Dios nos ampare, porque el modelo del radicalismo ya lo conocemos, el fin de Alfonsín y de De la Rúa así lo demuestran y, puedo decirlo que estuve 22 años afiliado a ese partido. (Agencia Paco Urondo)